Ayuda a tu adolescente a reemplazar la vergüenza por una identidad en Cristo

Ayuda a tu adolescente a reemplazar la vergüenza por una identidad en Cristo

Meiby Nodarse es una consejera de salud mental licenciada en 4KIDS del sur de Florida. Ella siente una gran pasión por llevar esperanza y sanación a familias sustitutas y adoptivas a través de una práctica clínica ética, capacitación sensible al trauma para padres y el evangelio de Jesucristo. Ella y su esposo están muy emocionados de dar la bienvenida a su primer bebé este otoño y esperan con ansias este nuevo capítulo en sus vidas y matrimonio.

La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la adultez. Es un tiempo en el que los adolescentes exploran y definen su identidad: sus creencias, valores, metas y la manera en que toman decisiones propias. 

Durante este proceso de desarrollo emocional, mental y espiritual, los traumas pueden dejar heridas profundas. Como cuidadores, tenemos la oportunidad de acompañarlos, ayudándolos a colaborar con el Espíritu Santo para reescribir su historia a la luz de la verdad de lo que Dios dice sobre ellos. 

Mientras que el enemigo vino a robar, matar y destruir, sabemos que Cristo vino para darnos vida, y vida en abundancia. Esa vida abundante que tus adolescentes pueden experimentar se encuentra en la fe en Dios y en la esperanza real y duradera de Su Palabra fiel. 

A continuación, te compartimos tres claves para apoyar a tus adolescentes a construir una identidad arraigada en Cristo —no en su dolor ni en las mentiras que el enemigo quiere que crean. 

Comprender el trauma y la distorsión de la identidad  

El trauma afecta mucho más que la conducta. También puede susurrar mentiras que terminan moldeando la narrativa interna de un adolescente:  

  • “Estoy roto” 
  • “Fue mi culpa”  
  • “No soy suficiente” o 
  • “No soy digno de ser amado”  

Con el tiempo, estas mentiras pueden convertirse en la base de cómo se perciben a sí mismos. 

La sanidad comienza cuando ayudamos a los adolescentes a identificar y nombrar esas creencias falsas que han llevado dentro. 

Como padres de crianza temporal o cuidadores familiares, es fundamental recordar que detrás de muchas conductas—como la rebeldía, el aislamiento o los estallidos emocionales—hay creencias internas dolorosas. 

En lugar de responder con frases como “Eso no es cierto” o “No fue tu culpa”, acompáñalos con empatía. Puedes probar con respuestas como: 

  • “Eso suena tan pesado de llevar. Me alegra que me lo hayas contado.” 
  • “Entiendo que esa experiencia te haya hecho sentir así.” 
  • “Hablemos de lo que Dios dice sobre ti y tu valor.” 

Presentar la narrativa de Dios sobre la identidad  

El antídoto más poderoso contra la vergüenza es la verdad. Ayuda a tu hijo adolescente a reemplazar las mentiras con lo que Dios dice sobre su identidad: 

  • Amado– “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida… podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado…” (Romanos 8:38-39) 
  • Escogido– “Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo… En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo.” (Efesios 1:4-5) 
  • Perdonado– “En él tenemos la redención… el perdón de nuestros pecados…” (Efesios 1:7) 
  • Hecho nuevo– “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación…” (2 Corintios 5:17) 
  • Obra de Dios– “Porque somos hechura de Dios…” (Efesios 2:10) 

Anímalo a apartar tiempo para memorizar y meditar en estos versículos. Le ayudará a interiorizar su verdadera identidad: la que Dios le ha dado. 

Invítalos a un proceso continuo de restauración 

La identidad no es solo algo que recibimos, sino algo en lo que crecemos. La sanidad no sucede de la noche a la mañana. Recuérdales a los adolescentes bajo tu cuidado (y a ti mismo) que la transformación lleva tiempo. 

Sabemos que cuando el trauma ocurre en el contexto de una relación, la sanidad también debe llegar a través de relaciones. Una de las formas más poderosas de ayudar a un adolescente a sanar es mediante una conexión constante y amorosa. Puedes fortalecer esa conexión al: 

  • Estar emocionalmente atento y disponible 
  • Ofrecer seguridad y consistencia 
  • Establecer límites con empatía 

 

Cuando los adolescentes experimentan el amor de un cuidador que refleja el amor de Cristo, comienzan a vivir nuevas experiencias relacionales que se convierten en factores de protección frente a las heridas del pasado. Gracias a la abundancia del amor de Dios por nosotros, podemos amar a nuestros adolescentes incluso en sus momentos más difíciles; “Nosotros amamos porque él nos amó primero.” – 1 Juan 4:19 

Conclusión clave   

Cuando un adolescente ha vivido trauma, su visión de sí mismo y del mundo puede quedar distorsionada. Por eso, tu presencia, tus palabras de verdad y tu amor reflejando a Cristo pueden marcar el inicio de un cambio en lo que creen sobre sí mismos. La vergüenza puede gritar fuerte, pero la voz de Dios es más poderosa. Él los llama amados, escogidos y completos. 

El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante. ~ Juan 10:10 (NTV)

 
APLICACIÓN  

Cada adolescente es una creación única de Dios. Ayúdale a descubrir todo lo que lo hace especial incorporando la actividad ¡Único! en su rutina matutina. 

Encuentra este juego y muchos más en la colección de actividades Momentos Cotidianos.

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Meiby Nodarse, MS, LMHC, TBRI Practitioner

Meiby Nodarse es una consejera de salud mental licenciada en 4KIDS del sur de Florida. Ella siente una gran pasión por llevar esperanza y sanación a familias sustitutas y adoptivas a través de una práctica clínica ética, capacitación sensible al trauma para padres y el evangelio de Jesucristo. Ella y su esposo están muy emocionados de dar la bienvenida a su primer bebé este otoño y esperan con ansias este nuevo capítulo en sus vidas y matrimonio.

Clinically Approved by

Terri Galindo, LCSW, LMFT

Terri es la vicepresidenta de servicios clínicos en 4KIDS. Ha sido llamada a este ministerio para llevar la esperanza de Dios y la sanación a las familias afectadas por el trauma. Cuando no está trabajando, disfruta pasar tiempo con su familia, que incluye a su esposo amoroso de 42 años, dos maravillosos hijos y cinco increíbles nietos.

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